Desdén


enfermo en la sexta nube, decidí toser el nombre de la aurora.
decidí, sobre la nébulosa comerme a gritos la cuerda del teléfeno.
enfermo navego entonces, a gatas, sobre el pito, sopla el viento.
entonces, el aire dominó, encierra números de vicios blancos,
tan blancos, que la hoja en linea se hace puntos, de comas y arteriscos.
es tan enfermo que en la hoja crece cuágulos de cristos encorbatados,
es tan mecánico, que mece cuerdas con el sol del mediodía.
es tan opaco que en el foso, mocosa la mente muerde la carnada.
así las noches de tijeras, cortan la hoja de coágulos en trozos,
en cada trozo, la mierda seca tararea las letras de la que hoy no existe.
y cuando cae, el precipicio, el precipicio, el precipicio.
entonces reza el fin del fin del día en que tú nunca lo dijiste.

Juan C. Vázquez

LENGUAS DE IDEAS