Desdén


enfermo en la sexta nube, decidí toser el nombre de la aurora.
decidí, sobre la nébulosa comerme a gritos la cuerda del teléfeno.
enfermo navego entonces, a gatas, sobre el pito, sopla el viento.
entonces, el aire dominó, encierra números de vicios blancos,
tan blancos, que la hoja en linea se hace puntos, de comas y arteriscos.
es tan enfermo que en la hoja crece cuágulos de cristos encorbatados,
es tan mecánico, que mece cuerdas con el sol del mediodía.
es tan opaco que en el foso, mocosa la mente muerde la carnada.
así las noches de tijeras, cortan la hoja de coágulos en trozos,
en cada trozo, la mierda seca tararea las letras de la que hoy no existe.
y cuando cae, el precipicio, el precipicio, el precipicio.
entonces reza el fin del fin del día en que tú nunca lo dijiste.

Juan C. Vázquez

LENGUAS DE IDEAS

Muerte, Noche...fin


Noche siempre luz, de esferas rojas, pálidas.
Noche siempre sombra, de maquinas tormentosas, ocre.
Noche siempre agua, eléctrico, enredada en el azul.
Noche siempre ano, rasgado en el ocaso de lo imaginario.
Noche fuiste azul, de bronce nicotina.
Noche fuiste rabia, en la escafandra del ronrón.
Noche fuiste niño, moreno, soldado de bambú.
Noche fuiste luna, de cuerda circular.
Noche fuiste muerte, de polvo y sonrisa.
Noche fuiste muerte, de tacon roja carne.
Noche fuiste en ti, la palabra que sedujo el maldecir.
Muerte, fuiste Noche, y de noche sólo espera el despertar.

Juan C. Vázquez.


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