Silencio II

Talvez sea importante conocer el rumor de las ánimas, seguro estoy que todo esto es intangible, abstracto, inclusive es un mundo que provoca miedo. Ese mundo no es ajeno al nuestro, sólo hay que cruzar el pórtico. Sí, lo he experimentado, he sentido ese vacío, la soledad, el viento frío, la telaraña eterna, la tierra floja, los ritos clandestinos, a los profanadores limosneros, a los mártires que lloran por los que ya no están, son los huesos que viven dos metros bajo tierra, a los poetas muertos, a los malos y malditos, a los que nunca nacieron, y sé bien que en ese espacio solos permanecemos, es mi primer sentimiento, la justificación de lo que he escrito.
Talvez, nos hemos olvidado de los siglos, y cada vez que observo el monolito, trozo de marmol, moho, perpetuidad, pienso en el arte, en la cultura y la historia, cada 1900, es un siglo, un final añejo de una arquitectura neo-gótica, neo-barroca, una belleza hecha en miniatura con dimensiones exactas, imagenes que expresan dolo y misericordia, y que han sido perturbadas, demolidas, y cambiadas por la atrocidad del modernismo absurdo, es el hombre del ayer, animal poco razonable.
Un pedazo de olvido, es un patrimonio histórico que no valora el citadino.
Es por eso justifico el fin de mis palabras.













Aquí no turban las sombras de la duda,
La severa verdad inmóvil vela.
Aquí reina la paz eterna y muda,
La paz del alma fatigada anhela.

Fernando Castañon
Feb. 11. 1879


locación Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México
Fotografía Juan N.